Lechos biológicos

El aumento de la demanda de alimentos para la agricultura, sin embargo también incrementan los desafíos para aumentar la productividad y reducir los riesgos por el uso de plaguicidas en el medio ambiente. Con una demanda creciente por productos agropecuarios, los plaguicidas son ampliamente requeridos y utilizados en la lucha contra las plagas en la agricultura moderna. Estos productos representan una herramienta esencial e insustituible en el control de plagas, lo que permite aumentar rendimientos y calidad de la producción agrícola. Frente a esta situación y al uso inadecuado de los plaguicidas se está ocasionando efectos adversos sobre el medio ambiente y de riesgo para los consumidores. estudios han demostrado que diversos productos agropecuarios superan los límites, además que se han detectado residuos en cursos de aguas subterráneas y superficiales. El destino ambiental de los plaguicidas está influenciado por las condiciones ambientales (lluvia, temperatura, humedad y el tipo de suelo), y de otras como el manejo agronómico, aplicación, formulación y propiiedades fisico-químicas del plaguicida (solubilidad, vida media y del coeficiente de partición por carbono orgánico o Koc). Los plaguicidas cuando se aplican de forma adecuada, en su dosis y frecuencias recomendadas raramente contaminan los cuerpos de agua, sin embargo, el manejo inadecuado en el almacenamiento, derrames accidentales o errores y fallas en las aplicaciones, provocan una importante contaminación al suelo y aguas, distribuyéndose en el medio ambiente. Las buenas prácticas agrícolas (BPA) con un enfoque integrador constituyen una herramienta clave para el manejo de los riesgos sanitarios, fitosanitarios y ambientales en la agricultura. Una de esas prácticas es disponer apropiadamente de los excedentes de los plaguicidas, con el propósito de reducir los riesgos de contaminación ambiental, proteger la salud de los trabajadores y contribuir con la inocuidad de los alimentos. Para cumplir con este requerimiento, los productores y los gobiernos deben enfrentar grandes desafíos. En concreto, ambos necesitan conocer las tecnologías disponibles, los productores para gestionar adecuadamente los excedentes de los plaguicidas utilizados en sus cultivos, y los gobiernos para verificar la aplicación de esas tecnologías y garantizar a la población que los riesgos en la producción agrícola están siendo gestionados adecuadamente. La contaminación puntual puede ser reducida con una tecnología simple y debajo costo denominada "Lechos biológicos" (biobeds), ampliamente difundida en países europeos y que actualmente está siendo evaluada en diversos páises de América y África. El propósito de esta tecnología es que el manejo de los plaguicidas durante el llenado del equipo de aplicación sea realizado sobre el lecho biológico, de manera que si ocurren derrames accidentales, estos puedan ser retenidos y degradados. En este contexto, la tecnología de los lechos biológicos (biobeds) constituye una importante innovación de gran utilidad para los productores agrícolas. Si bien esta tecnología, originaria de Suecia, data de la década de 1990, su aplicación y sus beneficios son desconocidos o de conocimiento limitado para muchos productores de los países de América. Los lechos biológicos han sido ampliamente estudiados y mejorados desde su creación, en particular por investigadores de diferentes partes del mundo, quienes, a través de la Red Iberoamericana de Lechos Biológicos, han impulsado investigaciones y validaciones dirigidas a ampliar el uso de esa tecnología en la agricultura.

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